Un joven hombre está solo en una habitación oscura, con el teléfono móvil apagado sobre una mesa frente a él. La luz que entra por la ventana es tenue y fría, apenas iluminando su rostro pensativo. Su postura es encorvada, como si el peso del tiempo y el silencio lo hubiera absorbido por completo. La habitación está desordenada, con libros apilados y una taza de café fría a un lado, simbolizando el paso de los meses que han quedado atrás. No hay ninguna notificación visible en el teléfono, lo que refleja la ausencia de comunicación. El aire parece denso, cargado de silencios no pronunciados, y el ambiente está impregnado de una sensación de vacío, como si las palabras que nunca se dijeron aún resonaran en las paredes. En el fondo, una ventana muestra un paisaje gris y nublado, reforzando la atmósfera melancólica de la escena, donde todo ha quedado suspendido en un silencio que no parece terminar.
Un joven hombre está solo en una habitación oscura, con el teléfono móvil apagado sobre una mesa frente a él. La luz que entra por la ventana es tenue y fría, apenas iluminando su rostro pensativo. Su postura es encorvada, como si el peso del tiempo y el silencio lo hubiera absorbido por completo. La habitación está desordenada, con libros apilados y una taza de café fría a un lado, simbolizando el paso de los meses que han quedado atrás. No hay ninguna notificación visible en el teléfono, lo que refleja la ausencia de comunicación. El aire parece denso, cargado de silencios no pronunciados, y el ambiente está impregnado de una sensación de vacío, como si las palabras que nunca se dijeron aún resonaran en las paredes. En el fondo, una ventana muestra un paisaje gris y nublado, reforzando la atmósfera melancólica de la escena, donde todo ha quedado suspendido en un silencio que no parece terminar.