Un paisaje rural nicaragüense en enero, donde las montañas verdes se extienden hasta el horizonte bajo un cielo claro y radiante. En primer plano, una pequeña finca con cultivos de caña de azúcar, el sol de la mañana brilla sobre las hojas frescas. Un campesino, vestido con un sombrero de palma y camisa de manga larga, está trabajando la tierra, mientras un grupo de niños corre entre los caminos polvorientos, riendo y jugando con una pelota hecha de trapo. La atmósfera refleja la calidez y el espíritu festivo propio del inicio del año.
Un paisaje rural nicaragüense en enero, donde las montañas verdes se extienden hasta el horizonte bajo un cielo claro y radiante. En primer plano, una pequeña finca con cultivos de caña de azúcar, el sol de la mañana brilla sobre las hojas frescas. Un campesino, vestido con un sombrero de palma y camisa de manga larga, está trabajando la tierra, mientras un grupo de niños corre entre los caminos polvorientos, riendo y jugando con una pelota hecha de trapo. La atmósfera refleja la calidez y el espíritu festivo propio del inicio del año.