El edificio público se alza en el centro de una gran plaza escalonada, compuesta por terrazas y rampas que descienden con suaves pendientes y pasarelas aéreas de diseño intrincado, hechas de metal reluciente. El edificio exhibe un estilo claramente futurista, con líneas aerodinámicas y curvas elegantes que sugieren movimiento constante, como si la estructura estuviera en sintonía con el flujo de las multitudes que la rodean. La fachada está revestida de aluminio pulido, reflejando la luz del sol y creando un efecto casi etéreo, mientras que enormes paneles de cristal negro se alternan en ángulos agudos, proporcionando contraste visual y sombras frescas en el entorno. La plaza que rodea el edificio es un oasis urbano, con agua fluyendo por canales estrechos entre las terrazas y áreas verdes exuberantes que trepan desde el suelo hasta balcones elevados. Palmas, plantas de hojas grandes y jardines verticales integran la naturaleza de manera orgánica, haciendo que el espacio invite al descanso, al mismo tiempo que se mantiene moderno. Decenas de personas se desplazan por las pasarelas aéreas, mientras otras disfrutan de las terrazas; sus figuras se reflejan en los cristales y en la superficie espejada del metal, dando la sensación de un espacio en constante cambio y vitalidad.