La casa futurista inspirada en *Impacto Profundo* se erige como una fortaleza de diseño imponente y resistente, concebida para soportar el impacto de eventos catastróficos, pero también para desafiar el paso del tiempo. Su arquitectura es de líneas angulosas y geométricas, con una apariencia sólida y estable, casi como una cápsula que resiste las fuerzas del universo. La estructura parece estar a prueba de todo, diseñada no solo para ser un refugio ante el desastre, sino también un símbolo de resiliencia en un mundo al borde del colapso. La fachada está cubierta por paneles de cristal amarillo intenso que emiten un resplandor cálido pero inquietante en la noche. Este color dorado evoca una sensación de energía contenida, como si la casa estuviera llena de una fuerza invisible, preparada para enfrentar lo peor. El cristal amarillo, translúcido pero no completamente transparente, crea una atmósfera en la que el interior y el exterior están siempre en interacción, como si la casa respirara, tomando aire del entorno mientras se prepara para lo que está por venir. Las luces de la casa se filtran a través de los cristales, iluminando la estructura de manera que parece irradiar una energía desconocida. A lo largo de la casa, grandes paneles de espejos negros están distribuidos de manera estratégica, creando un contraste profundo con los cristales amarillos. Estos espejos reflejan tanto la estructura de la casa como el vacío nocturno, amplificando la sensación de aislamiento y amenaza que envuelve el ambiente. La superficie del espejo es pulida, absorbiendo la luz y haciendo que todo lo que la rodea se vea distorsionado, como si la casa estuviera atrapada en una burbuja de tiempo suspendido. Los espejos parecen reflejar no solo el exterior, sino también el vacío cósmico, dando la sensación de que la casa está bajo constante observación. Frente a la casa, una piscina de diseño rectilíneo y pulido se extiende hacia el horizonte, como un espejo del cielo. El agua es de un tono oscuro, casi negro, pero refleja los cristales amarillos de la casa, creando un contraste fascinante entre la oscuridad y la luz. La superficie del agua está en calma, apenas interrumpida por las suaves ondulaciones de la brisa nocturna, creando una sensación de quietud profunda. Las plataformas metálicas que rodean la piscina parecen flotar sobre el agua, con una iluminación tenue y fría que no da consuelo, sino que acentúa la tensión de la escena. El paisaje alrededor de la casa parece desolado, sin vida, lo que refuerza la sensación de que esta es una estructura de supervivencia, diseñada para resistir lo inimaginable. Las pasarelas de metal y vidrio, que se extienden desde la piscina y alrededor de la casa, están iluminadas por luces bajas y cálidas que proyectan sombras largas sobre el suelo. La luz que emite la casa, filtrada por los cristales amarillos, genera una atmósfera cargada, como si la estructura estuviera anticipando el impacto, esperando el momento en que el fin llegue, pero estando preparada para enfrentar el futuro con una fuerza inquebrantable. La atmósfera nocturna es tensa, impregnada de un silencio profundo que se ve amplificado por el resplandor de los cristales amarillos y la oscuridad de los espejos negros. La casa, al igual que el planeta en *Impacto Profundo*, parece estar en una constante espera, preparada para cualquier cataclismo, pero también conectada a una fuerza más grande. El contraste entre la luz cálida de los cristales amarillos y la fría oscuridad de los espejos negros y la piscina refleja la lucha entre la esperanza y la amenaza, entre la vida y la devastación, creando una atmósfera de expectación y misterio que invita a la reflexión sobre la fragilidad del mundo y la resistencia del ser humano ante lo desconocido.