El cielo resplandece de naranja y rosa mientras el sol se pone detrás de un imponente rascacielos. Una potente estación de bomberos se yergue, con el fuego encendido durante días mientras se acerca a un paisaje urbano lejano. Los rostros de los bomberos están oscurecidos por el cálido sol, y sus cascos son gruesos y arrugados. Un grupo de nutrias y murciélagos se cierne en el centro de la estación de bomberos, observando cómo se avecinan las consecuencias de una tormenta repentina. La escena es pacífica y serena, con solo el sonido del hielo crujiendo en el aire.