un rascacielos temprano que ejemplifica la arquitectura de principios del siglo XX en Nueva York. Construido en 1902, su diseño está fuertemente influenciado por el estilo Beaux-Arts, combinado con innovaciones estructurales que reflejan el auge de la arquitectura moderna de su época. El Flatiron Building es fácilmente reconocible por su forma triangular única, que aprovecha de manera eficiente la parcela estrecha donde se ubica, en la intersección de Broadway, la Quinta Avenida y la Calle 23. Esta geometría peculiar crea un efecto visual impresionante, pareciendo una cuña o proa de un barco cuando se observa desde ciertos ángulos. El edificio está construido con una estructura de acero, una innovación técnica clave de la época, que permitió la creación de rascacielos de gran altura. Su fachada está revestida de piedra caliza y terracota, con detalles ornamentales característicos del Beaux-Arts, como molduras, relieves y arcos elegantes, que añaden profundidad y textura a la superficie del edificio. Con 22 pisos, la torre es relativamente baja en comparación con los rascacielos modernos, pero su diseño vertical enfatiza la esbeltez y altura en un contexto urbano. El Flatiron Building también destaca por su punta afilada, que crea una perspectiva visual dramática y lo convierte en un punto de referencia arquitectónico y cultural en la ciudad. Este edificio representa una transición entre la arquitectura tradicional y la modernidad, celebrando tanto la estética clásica como los avances tecnológicos que permitieron el surgimiento de los rascacielos. Su diseño único y su integración con el entorno urbano lo han convertido en un ícono duradero de la arquitectura global.