Una mujer se encuentra de pie sobre la árida y rocosa superficie del planeta Mercurio. Lleva un traje espacial futurista, diseñado para resistir el calor extremo, con una visera reflectante que protege su rostro. A su alrededor, el paisaje es desolado, con cráteres profundos y terreno agrietado por la radiación solar. El Sol, enorme y brillante, domina el cielo negro sin atmósfera, proyectando sombras largas y nítidas. Su postura refleja asombro y determinación mientras observa el horizonte de este mundo inhóspito.
Una mujer se encuentra de pie sobre la árida y rocosa superficie del planeta Mercurio. Lleva un traje espacial futurista, diseñado para resistir el calor extremo, con una visera reflectante que protege su rostro. A su alrededor, el paisaje es desolado, con cráteres profundos y terreno agrietado por la radiación solar. El Sol, enorme y brillante, domina el cielo negro sin atmósfera, proyectando sombras largas y nítidas. Su postura refleja asombro y determinación mientras observa el horizonte de este mundo inhóspito.