La perspectiva exterior presenta una casa de estilo colonial canadiense con un enfoque minimalista y elegante, compuesta por tres volúmenes que crean un juego de contrastes entre materiales y texturas. Los dos volúmenes laterales destacan por sus muros recubiertos con un enlucido blanco de yeso, un acabado limpio y uniforme que también se extiende hacia la techumbre, resaltando la pureza de las líneas arquitectónicas. En el volumen central, el uso de ladrillo aparente aporta un carácter cálido y rústico, contrastando con la sobriedad del yeso blanco y convirtiéndose en el punto focal de la composición. Los detalles del acceso principal refuerzan la sensación acogedora de la vivienda: las huellas de los escalones están revestidas con loseta de barro naranja, un material de gran tradición que aporta calidez y textura, mientras que las contrahuellas blancas generan un elegante contraste y ligereza visual. Encima, la techumbre remata con tejas de barro naranja, cuyo ligero volado enfatiza la estética colonial y proyecta sombras que enriquecen la volumetría del conjunto. La cancelaría de madera y cristal contribuye a crear un ambiente cálido y acogedor, permitiendo la entrada controlada de luz natural y enmarcando las vistas. En el interior, la luz entra de manera estratégica a través de grandes aberturas al fondo de la estructura, proyectando sombras que resaltan la textura del suelo y generan una atmósfera introspectiva. Este diseño resalta la esencia de los acabados en enlucido, combinados armoniosamente con la madera del mobiliario, logrando un equilibrio entre lo tradicional y lo contemporáneo, la calidez y la sobriedad, la luz y la sombra.