La imagen muestra a Supay, el dios inca del inframundo, con una apariencia imponente y aterradora. Su figura es una combinación entre humano y bestia, con una cabeza que recuerda a un demonio o dragón, con cuernos y detalles feroces. Viste una armadura adornada con elementos dorados y geométricos que reflejan la iconografía inca, junto con una capa roja que ondea dramáticamente a su alrededor, en su pecho lleve el simbolo del sol inca. La escena tiene un ambiente oscuro y ominoso, acentuado por el resplandor del sol o la luna detrás de él, iluminando de manera siniestra su figura. El fondo muestra la ciudadela de Machu Picchu, envuelta en una atmósfera tétrica y misteriosa, con sombras que crean un entorno inquietante. Las ruinas parecen desoladas y envueltas en neblina, lo que realza la sensación de que este es un lugar de muerte y lo sobrenatural, acorde con la figura de Supay, el dios de la muerte.