Diseña edificios minimalistas que incorporen líneas limpias, tonos neutros y espacios interiores amplios. Emplea materiales como concreto pulido, madera natural, acero y vidrio para crear un entorno que combine solidez y ligereza. Los muros de concreto con acabados lisos y tonos grises ofrecen una estética industrial suave y elegante, mientras que el uso de la madera en tonos claros añade calidez a los espacios sin perder la modernidad. Los muebles deben ser de diseño sencillo, con predominio de materiales como la madera clara, el cuero en tonos neutros y superficies metálicas o de piedra. Las piezas de mobiliario se mantendrán a lo esencial, optando por sofás de líneas rectas, mesas de centro en piedra o madera y estanterías minimalistas en acero negro o blanco. Los muebles deben estar distribuidos de manera que permitan el flujo de luz natural y eviten el desorden visual, maximizando la sensación de amplitud. Para la cancelería, se utilizarán marcos de aluminio delgado en color negro mate o gris oscuro, favoreciendo grandes ventanales que aporten una conexión con el exterior y permitan una abundante entrada de luz natural. Las ventanas y puertas de vidrio templado no solo mejorarán la iluminación interior, sino que también contribuirán a la sensación de tranquilidad y apertura, creando una atmósfera relajante y contemporánea en este oasis urbano minimalista.