Un acogedor pueblo otoñal enclavado en un valle, impregnado del vibrante estilo de El Muralista Diego Rivera. Pintorescas cabañas con paredes de piedra y techos inclinados bordean calles adoquinadas, cada cabaña adornada con coloridos murales que representan escenas de la cosecha, la familia y el folclore mexicano. , caléndulas y hojas de otoño se encuentran esparcidas por todas partes, con colores vivos que recuerdan al arte tradicional mexicano. Árboles con hojas de color naranja intenso, rojo y dorado rodean el pueblo, creando un marco natural. La suave luz del sol ilumina los ricos colores, arrojando un cálido resplandor dorado, mientras suaves volutas de humo se elevan de las chimeneas. El ambiente se siente animado pero tranquilo, mezclando el pintoresco encanto de un pueblo otoñal familias corriendo el lugar con carretillas