Centro para la Cultura y las Artes con un estilo arquitectónico brutalista moderno. El edificio presenta líneas geométricas limpias, texturas de concreto en tonos rosados claros y blancos en los muros, y grandes arcos de vidrio. El entorno incluye una plaza ajardinada con pavimento de piedra texturizada y árboles de cerezo en plena floración, con pequeñas flores rosadas que contrastan de manera llamativa con la arquitectura minimalista. La escena es dinámica, con personas caminando, andando en bicicleta y relajándose en pequeños grupos. La iluminación es natural, evocando un día soleado y claro, con sombras suaves que resaltan los detalles y texturas del edificio.