Bajo el cielo de terciopelo, en la noche estrellada,
el jilguero descansa, su jornada terminada.
Mas al alba, con la luz, su canto vuelve a nacer,
anunciando al mundo entero, un nuevo amanecer.
En el valle, el río fluye, con sus aguas cristalinas,
y el jilguero, desde su rama, las saluda con sus trinas.
Cada nota es un suspiro, que en el aire se desliza,
y en la esfera de la vida, todo cobra nueva brisa.
Bajo el cielo de terciopelo, en la noche estrellada,
el jilguero descansa, su jornada terminada.
Mas al alba, con la luz, su canto vuelve a nacer,
anunciando al mundo entero, un nuevo amanecer.
En el valle, el río fluye, con sus aguas cristalinas,
y el jilguero, desde su rama, las saluda con sus trinas.
Cada nota es un suspiro, que en el aire se desliza,
y en la esfera de la vida, todo cobra nueva brisa.