La casa se alza en dos niveles con un diseño de líneas rectas y formas simples, siguiendo un estilo minimalista. La fachada principal se caracteriza por su estética moderna, donde predominan colores neutros como el blanco y el gris, aportando una sensación de pureza y amplitud. El uso de buñas en las paredes exteriores aporta textura y sutileza a la arquitectura, rompiendo la monotonía de las superficies lisas sin perder la esencia minimalista. El garage se encuentra en la parte delantera de la casa, perfectamente integrado al diseño general. El uso de piedra en ciertos detalles de la fachada, añade contraste y textura, sin desentonar con el enfoque contemporáneo de la casa. Planta baja: Al ingresar, un vestíbulo conecta con los principales espacios de la planta baja: la cocina, el comedor y la sala de estar, todos diseñados en un espacio abierto que favorece la fluidez visual y la luminosidad natural. Grandes ventanales de vidrio templado permiten que la luz inunde el interior, al mismo tiempo que ofrecen vistas directas al jardín. El uso de tonos neutros en paredes y suelos acentúa la sensación de espacio. El garage es lo suficientemente amplio para albergar dos vehículos y cuenta con acceso directo al interior de la casa, proporcionando comodidad y funcionalidad. Planta alta: En el segundo nivel, se encuentran los dormitorios y una pequeña sala de estar o estudio. Los ventanales continúan siendo protagonistas, brindando luminosidad y vistas despejadas hacia el exterior. Los balcones tienen barandillas de vidrio, enfatizando el diseño minimalista y dejando que los detalles en piedra resalten de manera sutil. Este diseño busca lograr un equilibrio entre la elegancia moderna y la calidez de los materiales naturales, perfecto para quienes buscan un hogar contemporáneo pero acogedor.