El proyecto destaca por su diseño moderno, utilizando una paleta de materiales que combina estética, durabilidad y funcionalidad. La estructura principal del hotel está revestida con paneles de concreto prefabricado, que aportan solidez y un acabado limpio. El concreto, en tonos neutros como grises y beige claros, crea una sensación de sobriedad y elegancia, resaltando las líneas geométricas del edificio.
Los grandes ventanales, distribuidos de manera estratégica en la fachada, están fabricados con cristales de alta eficiencia térmica, lo que favorece el control de la temperatura interior y maximiza la entrada de luz natural. Los marcos de estos ventanales están hechos de aluminio anodizado en un tono oscuro, añadiendo un contraste visual y durabilidad frente a las condiciones climáticas.
Las barandillas de los balcones, elaboradas en vidrio templado, refuerzan la sensación de transparencia y ligereza del diseño, sin comprometer la seguridad. Además, los acabados en madera de tonalidad cálida, visibles en la zona inferior del edificio y algunos detalles de los voladizos, aportan un toque de calidez, equilibrando los elementos más industriales como el concreto y el metal.
El área comercial mantiene una coherencia estética con el hotel. Los locales presentan fachadas de cristal con estructuras metálicas en tonos oscuros, lo que brinda continuidad al diseño. Los voladizos que cubren parte de las entradas de los comercios están recubiertos con paneles de madera tratada, generando una transición fluida entre lo urbano y lo natural.
Finalmente, la vegetación que rodea la edificación se encuentra enmarcada por bordes de piedra natural, lo que realza el contraste entre los materiales duros del edificio y las áreas verdes cuidadosamente diseñadas.
El proyecto destaca por su diseño moderno, utilizando una paleta de materiales que combina estética, durabilidad y funcionalidad. La estructura principal del hotel está revestida con paneles de concreto prefabricado, que aportan solidez y un acabado limpio. El concreto, en tonos neutros como grises y beige claros, crea una sensación de sobriedad y elegancia, resaltando las líneas geométricas del edificio.
Los grandes ventanales, distribuidos de manera estratégica en la fachada, están fabricados con cristales de alta eficiencia térmica, lo que favorece el control de la temperatura interior y maximiza la entrada de luz natural. Los marcos de estos ventanales están hechos de aluminio anodizado en un tono oscuro, añadiendo un contraste visual y durabilidad frente a las condiciones climáticas.
Las barandillas de los balcones, elaboradas en vidrio templado, refuerzan la sensación de transparencia y ligereza del diseño, sin comprometer la seguridad. Además, los acabados en madera de tonalidad cálida, visibles en la zona inferior del edificio y algunos detalles de los voladizos, aportan un toque de calidez, equilibrando los elementos más industriales como el concreto y el metal.
El área comercial mantiene una coherencia estética con el hotel. Los locales presentan fachadas de cristal con estructuras metálicas en tonos oscuros, lo que brinda continuidad al diseño. Los voladizos que cubren parte de las entradas de los comercios están recubiertos con paneles de madera tratada, generando una transición fluida entre lo urbano y lo natural.
Finalmente, la vegetación que rodea la edificación se encuentra enmarcada por bordes de piedra natural, lo que realza el contraste entre los materiales duros del edificio y las áreas verdes cuidadosamente diseñadas.