Un día, un señor mayor entró en la oficina de Sifu y, con total seguridad, comenzó a decir que había sido contratado como el nuevo jefe de la compañía. Los empleados, sorprendidos, se miraban entre sí, pero uno de ellos decidió ir a contarle al superior sobre el extraño incidente. El jefe, al enterarse, no mostró incomodidad. Sabía que el hombre parecía confuso y podría estar sufriendo de demencia. Con calma y empatía, lo tomó de la mano y lo condujo por la oficina, presentándolo a todos los empleados como si realmente fuera el nuevo líder. “Este es Don Ernesto, el nuevo jefe”, dijo con una sonrisa. Aunque todos sabían que no era cierto, el equipo, siguiendo el ejemplo del jefe, lo trató con respeto y cordialidad. Al final, el jefe se dirigió al grupo: “Hoy hemos aprendido algo importante. En Sifu, no solo valoramos el trabajo, sino también la empatía y la inteligencia emocional. No siempre sabemos lo que otros están viviendo, pero siempre podemos mostrar respeto y comprensión.” La oficina despidió a Don Ernesto con respeto y aplausos, entendiendo que a veces, la verdadera lección está en cómo tratamos a los demás. [19:10, 28/11/2024] Jose: Holaa, A mí se me ha ocurrido una idea de cortometraje/anuncio Un día, un señor mayor entró en la oficina de Sifu y, con total seguridad, comenzó a decir que había sido contratado como el nuevo jefe de la compañía. Los empleados, sorprendidos, se miraban entre sí, pero uno de ellos decidió ir a contarle al superior sobre el extraño incidente. El jefe, al enterarse, no mostró incomodidad. Sabía que el hombre parecía confuso y podría estar sufriendo de demencia. Con calma y empatía, lo tomó de la mano y lo condujo por la oficina, presentándolo a todos los empleados como si realmente fuera el nuevo líder. “Este es Don Ernesto, el nuevo jefe”, dijo con una sonrisa. Aunque todos sabían que no era cierto, el equipo, siguiendo el ejemplo del jefe, lo trató con respeto y cordialidad. Al final, el jefe se dirigió al grupo: “Hoy hemos aprendido algo importante. En Sifu, no solo valoramos el trabajo, sino también la empatía y la inteligencia emocional. No siempre sabemos lo que otros están viviendo, pero siempre podemos mostrar respeto y comprensión.” La oficina despidió a Don Ernesto con respeto y aplausos, entendiendo que a veces, la verdadera lección está en cómo tratamos a los demás.