Escena interior nocturna de un vestíbulo ubicado en la planta alta de una hacienda. Los muros, de 80 cm de espesor, están construidos con piedra y recubiertos de estuco blanco, mostrando una textura ligeramente rugosa que refleja la luz de manera suave. El mobiliario rústico está hecho de madera sólida en tonos cálidos y terrosos, con diseños robustos y funcionales. Los textiles, en tonos tierra, tienen un tejido amplio que aporta frescura y dinamismo al espacio. La vegetación tropical en macetones de barro incluye monsteras, plátanos, ficus y buganvilias, agregando vida y color al ambiente. La iluminación cálida, de una temperatura de color de 5500 kelvin, proviene de lámparas colgantes de mimbre que emiten un brillo suave y acogedor, creando un ambiente íntimo y relajante. El piso de baldosas de barro cocido o madera envejecida completa la atmósfera rústica y auténtica del espacio.