genera una imagen de la pelicula boliviana ambientada en el año 2025. En el año 2025, "La nación clandestina" se reimagina como una poderosa exploración de las luchas contemporáneas por la identidad cultural y la justicia climática en Bolivia. El protagonista, Sebastián Condori, es un joven activista y descendiente de pueblos indígenas aimaras que vive en una Bolivia profundamente afectada por el cambio climático, la urbanización masiva y las políticas neoliberales. Tras la muerte de su madre en un desastre climático causado por la explotación minera, Sebastián regresa a su comunidad ancestral, enfrentándose a una diáspora cultural donde muchos han abandonado sus raíces por la promesa de progreso en las ciudades. Inspirado por las tradiciones aimaras y el legado de su abuelo —quien lideró una rebelión en defensa de la Pachamama décadas atrás— Sebastián inicia un ritual simbólico: portar un traje tradicional de "tinku" mientras recorre las ciudades y comunidades rurales. Este ritual es su forma de reconciliar el mundo moderno con las tradiciones ancestrales. El viaje de Sebastián lo lleva a confrontar a líderes corporativos, políticos corruptos y miembros de su propia comunidad que han olvidado sus raíces. A través de su travesía, revive los valores colectivos y el respeto por la tierra. Pero su misión es peligrosa: enfrentará la traición, el aislamiento y la posibilidad de que su sacrificio pase desapercibido en un mundo que prioriza la modernidad sobre la tradición. En esta nueva versión, la película combina elementos poéticos con tecnología moderna como drones y proyecciones digitales, reflejando la intersección entre la memoria cultural y el futuro tecnológico. El mensaje final resalta la necesidad de unión y resiliencia frente a las crisis globales, al tiempo que celebra la riqueza espiritual de los pueblos indígenas.