Interior nocturno de una casa de estilo Mies van der Rohe, situada en un pasaje rodeado de montañas y a la orilla de un lago. Es una noche fría con una ligera neblina, iluminada por una luna llena que baña el paisaje exterior. En el centro de la escena, una mujer está apoyada contra el vidrio que forma la fachada principal de la casa, contemplando el paisaje.
Dentro, el gran living es minimalista, con sillones de estilo Bauhaus dispuestos alrededor de una estufa a leña sin paredes, que emite una cálida luz en contraste con el ambiente frío. Los pisos y cielorrasos son de hormigón pulido, dándole una sensación de modernidad industrial. La iluminación interior es tenue, creando un ambiente íntimo y relajado. A través de las grandes ventanas, la mujer disfruta de la vista al paisaje montañoso y al lago que se extiende en la distancia, cubierto por una ligera capa de neblina. La luna llena ilumina suavemente todo el entorno exterior.
Interior nocturno de una casa de estilo Mies van der Rohe, situada en un pasaje rodeado de montañas y a la orilla de un lago. Es una noche fría con una ligera neblina, iluminada por una luna llena que baña el paisaje exterior. En el centro de la escena, una mujer está apoyada contra el vidrio que forma la fachada principal de la casa, contemplando el paisaje.
Dentro, el gran living es minimalista, con sillones de estilo Bauhaus dispuestos alrededor de una estufa a leña sin paredes, que emite una cálida luz en contraste con el ambiente frío. Los pisos y cielorrasos son de hormigón pulido, dándole una sensación de modernidad industrial. La iluminación interior es tenue, creando un ambiente íntimo y relajado. A través de las grandes ventanas, la mujer disfruta de la vista al paisaje montañoso y al lago que se extiende en la distancia, cubierto por una ligera capa de neblina. La luna llena ilumina suavemente todo el entorno exterior.