La imagen presenta una escena surrealista y onírica en la que se muestra a una mujer de pie sobre la cima de un acantilado cubierto de musgo verde. La mujer viste un largo vestido color aguamarina que ondea con el viento, y sostiene firmemente un paraguas grisáceo en sus manos, mientras parece ser empujada hacia adelante por una gran ráfaga de viento. El cielo al fondo está pintado con tonos cálidos del atardecer, anaranjados y rosados, contrastando con las nubes oscuras que añaden dramatismo a la escena. Lo más llamativo es el conjunto de varios paraguas flotando en el aire alrededor de la mujer, cada uno con colores distintos como rojo, azul y verde. Estos paraguas parecen desafiar las leyes naturales al flotar libremente entre los dos acantilados separados por una brecha profunda. El entorno rocoso está compuesto por texturas detalladas que simulan cambios graduales entre piedra expuesta y áreas cubiertas por vegetación verde intensa. La composición general crea un sentido poético y misterioso sobre lucha contra elementos naturales o simbolismo relacionado con libertad e independencia frente a desafíos visualizados metafóricamente como el gran abismo delante suyo.