vivienda moderna, con una combinación armoniosa de materiales naturales y acabados contemporáneos. La casa debe tener una fachada minimalista, con grandes ventanales de vidrio que permitan la entrada de luz natural, y un techo plano de hormigón. La estructura exterior debe tener texturas contrastantes: una pared de piedra envejecida en la entrada y paneles de madera clara en las zonas laterales. El paisaje circundante debe incluir un jardín con plantas de bajo mantenimiento, piedras y césped verde, complementado con un pequeño estanque de agua. En el interior, crea un diseño espacioso y funcional con una paleta de colores neutros como blanco, gris y beige, y texturas suaves que transmitan confort, como el lino, la lana y la madera. Los muebles deben ser elegantes, con líneas simples y acabados en tonos naturales, y la iluminación debe ser cálida, destacando las texturas y creando un ambiente acogedor. El diseño debe reflejar un equilibrio entre lo moderno y lo natural, con un toque de sofisticación y serenidad.