El dormitorio, de estilo minimalista, emana una sensación de calidez y confort. La chimenea suspendida desde el forjado se convierte en el punto focal del espacio, aportando un toque moderno y sofisticado. Detrás de un elegante tocador, se abre un acceso directo al jardín, integrando el interior con el exterior y llenando la estancia de luz natural. Las estanterías, repletas de libros cuidadosamente organizados, y una abundancia de almohadones invitan al relax. Los grandes ventanales, vestidos con delicadas cortinas, permiten regular la iluminación, mientras que la paleta de colores en tonos rosa, blanco y negro añade un contraste armónico. Todo el diseño se basa en la funcionalidad, combinando estética y practicidad a la perfección.