Diseña un edificio residencial moderno con grandes cristaleras en todas sus fachadas, que permitan una vista clara y maximicen la entrada de luz natural. El edificio cuenta con balcones amplios, de formas redondeadas y con una ligera inclinación hacia abajo, creando una estética dinámica y elegante. En la parte trasera del edificio, incorpora un muro de hormigón anti-ruido de 3 metros de altura, diseñado para reducir el impacto acústico del tráfico cercano. Al lado del muro, incluye una franja de vegetación plantada, con árboles y arbustos que aporten un toque natural y mejoren la integración paisajística del espacio. La parte derecha del edificio debe ser la zona de entrada, revestida con paneles de vidrio gris que aporten sofisticación y modernidad al diseño