스케치 렌더링
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Las gradas se distribuyen en dos sectores: derecho e izquierdo. En el sector derecho, los escalones siguen una trayectoria lineal con descansos en cada tramo, adaptándose a la pendiente del terreno. Este diseño facilita la circulación y se adapta al flujo de personas que descienden, manteniendo una anchura uniforme y bordes claramente delineados. En el sector izquierdo, las gradas tienen una disposición curva que sigue el contorno del cerro, proporcionando un acceso fluido y orgánico, que se alinea con la curvatura del terreno. Ambas secciones de gradas convergen suavemente al pie del cerro, creando una fusión natural entre las estructuras y el relieve.
El cerro está rodeado por un muro de contención rústico hecho de piedra, que no solo ofrece estabilidad a las gradas y al terreno inclinado, sino que también aporta una textura visual agradable y robusta. A lo largo de todo el borde de este muro de piedra, se han plantado setos y diversas especies de plantas, que delinean el camino transitable y ayudan a que el espacio de circulación se fusione con el paisaje de una manera armónica y natural.
En la parte inferior del cerro, al final de las gradas, se encuentra una fila de árboles frutales que, además de embellecer el entorno, proporcionan un área verde de transición entre el terreno y las gradas. Estos árboles están bordeados por un canal de drenaje pluvial sutilmente integrado en el paisaje, diseñado para recoger y conducir el agua de lluvia sin interrumpir la estética general del entorno.
En la parte superior del diseño, se encuentra un muro de ladrillo cerámico de 25x12 cm, que delimita el acceso en el extremo superior del cerro. Este muro proporciona un límite estructural que, además de definir el espacio, añade un contraste estético con el resto de los materiales naturales utilizados en el proyecto.
Al final del muro de ladrillo, en la parte superior derecha, se ubica una puerta metálica compuesta de tubos cilíndricos y una malla olímpica tupida. Esta puerta marca el inicio de un cerramiento de malla olímpica sostenida por postes de hormigón pretensado, colocados cada 3.5 metros. Este cerco sigue el descenso del terreno, bordeando el tramo de gradas del sector derecho. La malla, al ser transparente, permite mantener la vista abierta hacia el entorno natural, integrando seguridad sin obstruir visualmente el paisaje.
Este muro de ladrillo cerámico y el cerramiento perimetral complementan el diseño al brindar estructura y seguridad, mientras respetan la estética general del proyecto y su integración orgánica con el terreno y la vegetación circundante.