Crea una representación artística detallada de la diosa Rhea de la mitología griega, en un estilo similar al de una pintura digital de fantasía. Retrátala como una figura majestuosa y maternal, con un aura serena y protectora. Dale cabello largo y ondulado, adornado con coronas de hojas doradas, flores suaves y pequeños frutos como granadas, que simbolicen fertilidad y abundancia. Su piel debe tener un brillo cálido, en tonos suaves de marfil con destellos dorados, y estar decorada con patrones naturales sutiles, como olas, ramas y espirales que representen la continuidad de la vida. Vístela con un peplo griego fluido y ornamentado, en tonos terracota, beige y dorado, con bordados que evocan montañas, el cielo estrellado y símbolos de la maternidad. A su alrededor, incorpora animales simbólicos como leones (que suelen estar asociados con ella) y elementos de la naturaleza, como ramas entrelazadas y flores. El fondo debe ser un paisaje idílico con montañas suaves, un cielo al amanecer y una atmósfera cálida y etérea que resalte su conexión con la vida, la protección y su papel como madre de los dioses. Usa iluminación cálida y tonos armónicos para transmitir equilibrio, fortaleza y una presencia divina atemporal.