Interior de un bar con estilo minimalista y temática de Halloween. El espacio está iluminado con luces cálidas y tenues que crean un ambiente misterioso y acogedor. Las paredes son lisas, de colores oscuros, con detalles sutiles como calaveras abstractas y siluetas de murciélagos en blanco y negro, manteniendo la estética limpia del minimalismo. Mesas y sillas de líneas simples y colores neutros están dispersas en el área, con algunos centros de mesa en forma de pequeñas calabazas blancas y negras. En una esquina, una barra de mármol negro con acabados de metal mate está decorada con velas y algunas ramas secas para dar un toque sombrío. La iluminación es suave, con algunas lámparas colgantes en forma de jaulas que aportan un ambiente misterioso, y hay una sutil niebla baja cerca del suelo, lo que da un aire fantasmal sin sobrecargar el espacio.