Una casa multifuncional, minimalista y serena, se erige en el corazón de la metrópoli del bosque, iluminada por la suave luz de una playa cercana. En la distancia, una niña camina lentamente por las aceras, su vestido ondeando suavemente con la brisa. El diseño de la casa, claro y despojado, incorpora muebles antiguos cuidadosamente seleccionados y obras de arte que aportan un toque de color a la sobriedad del espacio. Un pequeño balcón, elegante en su simplicidad, ofrece vistas a la línea del horizonte de la ciudad, donde flores y plantas de formas geométricas armonizan con el entorno. La luz del atardecer, suavemente filtrada, tiñe la escena con un cálido tono naranja, envolviendo el espacio en una atmósfera dorada que parece suspender el tiempo