Una imagen épica de los hijos de Gea y Urano, con una mezcla de poder, fuerza y majestuosidad. De un lado, los titanes aparecen como figuras colosales, altas y robustas, formadas por elementos de la tierra como rocas y fuego. Al centro, los ciclopes son representados con un solo ojo brillante, como un sol radiante, reflejando su naturaleza guerrera. A su lado, los hecatónquiros tienen múltiples brazos, cada uno con un poder único, rodeados de energía cósmica. Gea, como figura maternal, se muestra en el fondo, con una expresión protectora y sabia. Urano, el cielo estrellado, se eleva en lo alto, observando la creación de sus hijos. El fondo tiene una atmósfera cósmica y primordial, con un cielo lleno de estrellas y el brillo de una creación divina. Los colores predominantes son tonos de tierra, fuego, y destellos celestes.Una escena mística que representa a la diosa Gea (la Tierra) y al dios Urano (el cielo) en una fusión celestial y terrenal. En el centro, un círculo entrelazado con líneas doradas que representan las fuerzas de la naturaleza y el cosmos, evocando la conexión entre la Tierra y el Cielo. El fondo tiene un cielo estrellado profundo con tonos azul oscuros, atravesado por nubes suaves que emanan una energía divina. Elementos de la tierra, como montañas estilizadas o raíces doradas, surgen desde la parte inferior, mientras que desde arriba, estrellas y nebulosas caen como lluvia luminosa. Todo el diseño debe transmitir equilibrio, eternidad y la unión simbólica de lo celestial y lo terrenal.