Convierte la imagen de un edificio real en un sketch arquitectónico dibujado a plumilla. El estilo del dibujo debe parecer un boceto semielaborado, con trazos a mano alzada que no sean completamente precisos, pero que mantengan la estructura general del edificio de forma reconocible. Agrega manchas de acuarela en tonos suaves como fondo, aportando un toque artístico pero sin saturar la imagen. El boceto debe destacar las líneas principales de la arquitectura, mientras que el color de las manchas crea profundidad y contraste. Especificaciones: Trazos negros o gris oscuro estilo plumilla. Colores de acuarela difuminados (por ejemplo, tonos tierra, azules, o verdes). Apariencia global artística y minimalista, evitando detalles excesivos.