"El castillo de piedra se levanta majestuoso sobre un acantilado, sus torres almenadas cortando el cielo gris y sombrío. Las murallas, gruesas y desgastadas por siglos de batallas, se extienden como cicatrices a lo largo de la fortaleza, custodiadas por guerreros con armaduras oxidadas. y ojos vigilantes La brisa fría arrastra consigo el aroma de la tierra mojada y el sonido lejano de las olas rompiendo contra las rocas El gran portón de hierro, decorado con símbolos ancestrales, se abre con un. crujido metálico, revelando un puente levadizo que atraviesa un profundo foso de aguas turbulentas Dentro de las murallas, pasillos oscuros se bifurcan, iluminados solo por antorchas titilantes, mientras los ecos de pasos solitarios resuenan a lo largo de los corredores En el salón principal. , la luz de una chimenea central lucha por iluminar los rostros severos de los nobles reunidos en consejo, mientras una gran mesa de madera, marcada por las huellas de antiguos festines y conspiraciones, se extiende frente a ellos. Desde las ventanas, el paisaje desolado de montañas y bosques oscuros se despliega, vigilante y misterioso, como si la misma naturaleza guardara a la espera de un salvador.
"El castillo de piedra se levanta majestuoso sobre un acantilado, sus torres almenadas cortando el cielo gris y sombrío. Las murallas, gruesas y desgastadas por siglos de batallas, se extienden como cicatrices a lo largo de la fortaleza, custodiadas por guerreros con armaduras oxidadas. y ojos vigilantes La brisa fría arrastra consigo el aroma de la tierra mojada y el sonido lejano de las olas rompiendo contra las rocas El gran portón de hierro, decorado con símbolos ancestrales, se abre con un. crujido metálico, revelando un puente levadizo que atraviesa un profundo foso de aguas turbulentas Dentro de las murallas, pasillos oscuros se bifurcan, iluminados solo por antorchas titilantes, mientras los ecos de pasos solitarios resuenan a lo largo de los corredores En el salón principal. , la luz de una chimenea central lucha por iluminar los rostros severos de los nobles reunidos en consejo, mientras una gran mesa de madera, marcada por las huellas de antiguos festines y conspiraciones, se extiende frente a ellos. Desde las ventanas, el paisaje desolado de montañas y bosques oscuros se despliega, vigilante y misterioso, como si la misma naturaleza guardara a la espera de un salvador.