Casa brutalista de un solo nivel ubicada en la ladera de una cadena montañosa, con parte de la estructura extendiéndose sobre el precipicio, desafiando la gravedad. El diseño es audaz y monumental, con grandes bloques de concreto expuestos que muestran la textura cruda del material , manteniéndose fiel a la estética brutalista. Las formas geométricas son angulosas y sólidas, transmitiendo una sensación de solidez y fuerza. Las ventanas de vidrio masivas ocupan casi toda la cara que da hacia el precipicio, ofreciendo impresionantes visuales del paisaje montañoso y el valle abajo. El diseño utiliza ventanas cuadradas y rectangulares, integrando el cristal en la estructura pesada de concreto, creando un fuerte contraste entre la transparencia y la solidez. Una terraza suspendida se proyecta hacia el abismo, con barandillas de metal oscuro que enfatizan la línea recta del. diseño El interior es minimalista, con concreto visible en paredes y techos, y mobiliario funcional de colores neutros. El entorno es escarpado, con rocas desnudas, vegetación baja y árboles dispersos que resisten en la ladera. El cielo nublado y una atmósfera fría intensifican el dramatismo de la estructura.