restaurante futurista flotando en el espacio, con una estructura de vidrio y metal que refleja las luces de las estrellas cercanas. El comedor está diseñado con líneas elegantes y minimalistas, predominando el blanco y el negro en su decoración, pero con toques de luz de neón en tonos azules y morados que resaltan la modernidad del lugar. Las mesas están hechas de un material transparente, casi como si fueran una extensión del mismo vidrio que rodea el restaurante. Cada mesa tiene un diseño flotante, suspendida sobre plataformas de energía magnética que se mantienen a una distancia perfecta del suelo sin necesidad de patas. Las sillas, también flotantes, parecen suspendidas en el aire gracias a la gravedad controlada por el lugar. La vista principal es deslumbrante: la galaxia Markarian 501 se despliega ante los ojos de los comensales, un remolino de luz y color que parece una obra de arte en movimiento. Las estrellas en el fondo brillan con una intensidad casi cegadora, mientras que los brazos espirales de la galaxia se extienden por todo el horizonte. Los tonos de púrpura, azul y rosa mezclados con destellos de luz blanca de los quásares y las nebulosas cercanas se reflejan en el cristal, creando un efecto casi hipnótico. La atmósfera está llena de suavidad, con música ambiental que se mezcla con los susurros del viento cósmico, el cual apenas es perceptible a través de la fina capa de aislamiento del restaurante. Los aromas futuristas de los platillos se sienten en el aire, una mezcla de ingredientes sintéticos y naturales, mientras los camareros, vestidos con trajes de tecnología avanzada, sirven los alimentos en platos de diseño innovador que parecen flotar con antigravedad. Es un espacio donde la gastronomía se fusiona con la inmensidad del universo, creando una experiencia sensorial única que une lo sublime de la naturaleza cósmica con el lujo y la tecnología avanzada de la civilización humana del futuro.