La casa futurista está diseñada con un estilo que evoca la estética de una película como *The Matrix*, con una atmósfera oscura, sofisticada y tecnológicamente avanzada. La estructura tiene líneas angulosas, superficies inclinadas y contornos geométricos que parecen desafiar la lógica, como si fuera un objeto salido de una realidad digital. El exterior está compuesto por una combinación de cristal verde brillante y espejos negros, que reflejan la luz de manera enigmática y multiplican las sombras, creando una ilusión de infinitud y profundidad. Los cristales verdes, distribuidos en paneles de diferentes tamaños y formas, emiten un resplandor esmeralda tenue, como si la casa tuviera un pulso de energía propio. Estos cristales se ajustan y transforman con la luz, permitiendo vislumbrar el interior solo parcialmente, lo que incrementa la sensación de misterio. Los espejos negros cubren secciones de las paredes y algunas partes del techo, dando la impresión de que el espacio se expande y colapsa al mismo tiempo, integrando el entorno en una danza de reflejos oscuros. La casa incluye una piscina con bordes definidos que parecen cortados con precisión láser. La superficie del agua tiene un color oscuro y reflectante, casi como un espejo negro líquido, que refleja las luces verdes y los destellos del entorno. La piscina está rodeada por plataformas flotantes y pasos luminosos que parecen levitar sobre el agua, aportando un toque etéreo y tecnológico. En la noche, todo el conjunto brilla tenuemente, como si la casa fuera una entidad viva, respirando energía digital en medio de un paisaje sombrío. La luz verde se refleja en las superficies de espejo, creando un espectáculo de destellos y sombras que capturan la esencia de un futuro distópico, enigmático y fascinante. La atmósfera envuelve a quienes se acercan, sumergiéndolos en un espacio que desafía la realidad, con un equilibrio perfecto entre lo irreal y lo tecnológicamente sublime.