Edificio de viviendas que combina un diseño interior de estilo japandi con una fachada exterior en concreto y ladrillo, logrando una estética minimalista y sofisticada. La arquitectura de líneas limpias y simples se realza con detalles en pavés, que permiten el paso de la luz de una forma suave y tamizada, generando un juego de luces y sombras que aporta calidez al espacio sin comprometer la privacidad de los residentes. El estilo japandi en el interior destaca por su simplicidad y elegancia funcional, fusionando la serenidad japonesa con la calidez escandinava. Los espacios se visten en tonos neutros, con materiales naturales como madera clara, lino y piedra que crean un ambiente acogedor y equilibrado. Mobiliario de líneas bajas, texturas sutiles, y una decoración sin excesos aportan un carácter sereno a cada vivienda. Ubicado en una urbanización rodeada de naturaleza, el edificio se integra en un entorno que invita a la tranquilidad. Los senderos que lo rodean están rodeados de vegetación y conducen a pequeños estanques que reflejan el edificio en sus aguas, creando un efecto de armonía entre la construcción y el paisaje natural. La escena de atardecer envuelve el lugar en una luz cálida y dorada, que realza la textura del concreto y el ladrillo, mientras los detalles de pavés brillan sutilmente con el último resplandor del día. Este edificio ofrece un refugio sereno y moderno, donde la arquitectura minimalista se encuentra con la naturaleza en un ambiente de paz y equilibrio, ideal para aquellos que buscan un hogar en una zona tranquila y bien conectada con el entorno natural.