La imagen presenta una composición surrealista y visualmente impactante. En primer plano, un hombre está sentado sobre una roca, contemplando un paisaje impresionante de montañas verdes, con un pico volcánico prominente en el centro. El cielo está despejado y luminoso, con algunas nubes blancas flotando en el horizonte, creando una atmósfera de tranquilidad y majestuosidad. Lo extraordinario de la escena es que sobre el paisaje, en el cielo, hay una ballena nadando como si estuviera en el agua. El efecto visual sugiere que el cielo se comporta como un océano, con una capa de agua translúcida que permite observar la ballena con claridad. Este contraste entre los elementos marinos y terrestres genera una sensación de asombro y fantasía, como si se tratara de una ventana hacia un universo alternativo. La composición juega con la perspectiva y la imaginación, evocando un mensaje de conexión entre la naturaleza, la grandeza de los paisajes y los mundos posibles en la mente humana.