El hombre camina con paso firme y tranquilo, moviendo sus piernas de manera natural, como si estuviera inmerso en sus propios pensamientos. Sus brazos se mueven ligeramente con su paso, pero su postura se mantiene erguida, sin esfuerzo ni exageración. Su rostro permanece sereno, sin mostrar ninguna alteración o distorsión, mientras avanza. Cada paso es fluido y controlado, sin que su cuerpo se deforme o muestre tensión. La escena es simple, pero refleja una calma profunda en su caminar, como si estuviera absorto en el ritmo constante de su marcha, sin ninguna emoción que se refleje en su rostro
El hombre camina con paso firme y tranquilo, moviendo sus piernas de manera natural, como si estuviera inmerso en sus propios pensamientos. Sus brazos se mueven ligeramente con su paso, pero su postura se mantiene erguida, sin esfuerzo ni exageración. Su rostro permanece sereno, sin mostrar ninguna alteración o distorsión, mientras avanza. Cada paso es fluido y controlado, sin que su cuerpo se deforme o muestre tensión. La escena es simple, pero refleja una calma profunda en su caminar, como si estuviera absorto en el ritmo constante de su marcha, sin ninguna emoción que se refleje en su rostro